Viaje de ida

¡Por fin! Tras 33 horas de viaje ya estoy instalado en el Aparthotel Regina en Cochabamba.

El primer tramo del viaje fue una novedad. Entre Málaga y Lisboa volamos en un Beechcraft 1009D, un pequeño avión de hélice con capacidad para 18 pasajeros, más el piloto - en este caso una mujer joven - y el co-piloto – sin azafatas. Fue muy agradable viajar en un medio de transporte de tamaño humano en vez de las mega-latas de sardinas de costumbre. Dejamos el equipaje de mano al pie de la escalera para que lo guardasen en la bodega ya que no cabía en cabina, y lo volvimos a recoger al bajar del avión en Lisboa. Había 15 pasajeros, la mayoría de los cuales seguían hasta Brasil, aunque unos cuantos iban a Cabo Verde o las Azores.

El vuelo nocturno desde Lisboa a Sao Paulo iba completo así que no hubo oportunidad de encontrar un hueco para estirar las piernas. Era la primera vez que volaba con TAP, la línea aérea portuguesa, y tengo que de cir que fue una experiencia positiva. Salió un poquito tarde y llegamos tarde mayormente debido a los vientos contrarios de alrededor de 200km/hora. Afortunadamente nos encontraron a los pasajeros en tránsito al pie del avion y nos llevaron a las puertas de embarque en la terminal 2 así no tuvimos que pasar los controles de seguridad. El aeropuerto de Sao Paulo no se puede decir que sea tan fantástico y los baños estaban hechos un asco, pero ¿qué le vamos a hacer? También están las cosas caras: por un café y un trocito de bizcocho querían US$7. No lo compré por supuesto.

El vuelo a Santa Cruz también estaba completo y no podía menos que preguntarme qué venía a hacer toda esta gente. Había muchos jóvenes de Brasil, Alemania, Suiza e Israel. La llegada siempre trae las mismas tareas – cubrir interminables papeles con la misma informacion en cada uno que se han de entregar en inmigración o en aduanas. Las caras de poco amigos de los oficiales y policías contrastan con las caras risueñas de la mayoría de la gente en el aeropuerto. Eso es algo que no ha cambiado: las chicas de la cafetería siguen tan serviciales y amables como siempre han sido las cruceñas y los jugos de frutas tan deliciosas como siempre.

Tampoco hubo ningún incidente en el saltito desde Santa Cruz a Cochabamba.