Primeras Impresiones
Las
primeras impresiones cuando llegué al hotel fueron de sorpresa
porque han remodelando la entrada y ahora da una sensación de más
luz y espacio.
Camino
de la cafetería para tomar un jugo de frutas vi que se han abierto
nuevos negocios - dos nuevas farmacias, peluquerías y restaurantes,
así que parece que al menos en esta parte de la ciudad las cosas van
bastante bien.
En
el avión desde Santa Cruz venía sentada a mi lado una chica joven.
Cuando tenía 5 años su padre había emigrado a España y encontró
trabajo en Sevilla. Dos años más tarde ella y su madre fueron a
reunirse con él. En todo ese tiempo no había vuelto a Bolivia, pero
ahora sus padres la mandaban a terminar el bachillerato aquí. Ahora
con 16 años venía a pasar 8 meses en casa de sus tíos en
Quillacollo, un distrito en las afueras de Cochabamba donde está
situada la fábrica de calzado donde compro los zapatos para el
proyecto. Estaba en un mar de sentimientos cruzados. No quería
venir. No quería dejar sus amigos de Sevilla. Le encantaba vivir
en Sevilla y quería volver cuanto antes. Por otro lado se daba
cuenta de que sus padres hacían lo
que creían mejor para ella: no quería seguir estudiando en España
pero sus padres le decían que a la larga le convenía tener una
cualificación de algún tipo. Por otro lado también querían que se
diese cuenta de lo afortunada que es porque no le falta de nada
mientras que aquí hay muchos chicos que no tienen oportunidades.
Durante
el vuelo abrió su corazón y creo que sirvió para ver las cosas más
claras y fijas metas: terminar los estudios para así volver a
Sevilla antes de Navidad.
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