La Esperanza Bolivia

Éste es el "blog" de la ONG, la Asociación de Ayuda Internacional al Desarrollo La Esperanza Bolivia

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A curious traveller

lunes, marzo 27, 2006

INFORME DE LA VISITA

INFORME DE LA VISITA AL PROYECTO “LA ESPERANZA”

Marzo 2006


Ya que llegué con 24 horas de retraso, perdí el programa previsto para el sábado día 11 de marzo. Afortunadamente Primo Castro había recogido el material escolar y los uniformes: los suministradores me conocen y confiaban en que llegaría el pago. El domingo por la mañana nos fuimos al mercado de La Cancha para comprar los calcetines  para los niños.

El lunes (13 de marzo) nos pusimos en marcha a las 7 de la mañana para la fábrica de calzado the MANACO (un subsidiario de Bata) en Quillacollo donde habíamos encargado los zapatos con antelación.  La mercancía nos esperaba y sólo hubo que comprobarla y pagarla. El año pasado la fábrica nos transportó el pedido al centro de Cochabamba pero esta vez nos tuvimos que encargar del transporte de las tres cajas. Conseguimos llegar a tiempo para conectar con el transporte a San Benito donde estaban citados los niños y sus padres para las 10h.

En años anteriores distribuimos el material en los distintos colegios pero este año habíamos optado por reunir a todos los niños y sus familias en San Benito. Uno de los objetivos principales de esta estrategia fue el de fomentar la sensación de pertenecer a la comunidad de “La Esperanza” en vez de ser simples beneficiarios individuales dispersos por las diferentes localidades. Creo que fue una decisión acertada.

Los niños y sus padres congregaron en el patio de la iglesia donde hay suficiente espacio para todos y para almacenar el material bajo techo en caso de lluvia (otro acierto).  Los directores de todas las escuelas (menos la de Lobo Rancho) asistieron junto con el representante de la Alcaldía  responsable de la educación y la directora distrital.

Los discuros son obligados en Bolivia, así que cada representante tomó la palabra.  Cuando me tocó el turno aproveché la ocasión para recalcar lo que se espera de los estudiantes y de sus familias.

Se reiteraron los compromisos principales explicados en años anteriores; a saber, que los niños deben asistir a la escuela con regularidad, hacer sus deberes y sacar los mejores resultados de que son capaces. También deben llevar los uniformes. A los padres se les explicó que de guardar la ropa para los domingos o venderla sus hijos serían expulsados del proyecto.

Se explicó que La Esperanza no tiene interés alguno en incrementar el número de beneficiarios por el mero hecho de aumentar los números. Nuestro objetivo es contribuir a mejorar el futuro de nuestros beneficiarios ayudándoles a estudiar para que el día de mañana puedan mejorar su situación y sus posibildades. Subrayé que preferíamos trabajar con  5, 10 o 15 familiar realmente comprometidas en vez de seguir apoyando a personas que no mostraban interés en mejorar. En el futuro, dedicaríamos los recursos de dos o más padrinos para cubrir las necesidades de cualquier niño que realmente muestra interés y tiene la capacidad de seguir estudiando.

Para fomentar un mayor sentido de responsabilidad, tanto de los niños como de sus padres, pedimos que al final de cada trimestre enviasen copia de las notas y una carta o dibujo (en caso de los niños más pequeños). En caso de incumplimiento, los beneficiarios en cuestión serán eliminados del programa. Creo que todas las familias entendieron lo que se les pedía. Todo lo anterior fue traducido al Qu’echua para que no hubiese malos entendidos, sobre todo entre las familias de la comunidad Chaki Kh’ocha en la puna.

Las madres habían preparado un almuerzo de pollo y arroz que comimos todos juntos. Antes de marchar la mayoría de las familias preguntaron la fecha de la reunión al final del primer trimestre para poder entregar las notas. Con el tiempo se irá viendo las familias que cumplen y cuáles no.

La tarea más importante que quedaba por hacer era pagar los materiales y los uniformes, así que por la tarde cumplí con ese deber.

Al día siguiente tenía que investigar las circunstancias de unos niños que conocemos desde nuestra estancia en El Chapare cuya madre los había ingresado en una institución. Visité el lugar con su padre. Resultó ser un internado suizo-alemán y llegamos a la conclusión de que el nivel educativo era indudablemente superior al nivel del Chapare y que, si los niños quisieran estudiar más adelante, las posibilidades de alcanzar el nivel adecuado serían más altas si permanecneiesen en este colegio. Los dos mayores cmprendieron estos argumentos y optaron por quedarse, pero el más pequeño quiso volver a casa con su padre. Sin embargo, como fue la madre quien los ingresó, la directora alemana no estaba dispuesta a entregarlo a su padre por lo que el niño se quedó al menos por ahora. Uno de los problemas más grandes era la comida, pero me pareció que el factor más importante probablemente fuera que la dieta en la escuela sería más variada que la dieta a la que estaban acostumbrados en El Chapare donde la nutrición es a base de arroz y yuca, o patatas traídas de Cochabamba, y que los niños no se habían acostumbrado a los nuevos sabores y texturas.  La disciplina y el orden son otros factores extraños para estos niños, pero me pareció que a la larga los beneficios de permanecer en el colegio serían considerables, sobre todo en el campo de la higiene y de los modales. Habrá que ver si su padre podrá aguantar sin sus hijos, pero en ese tema no puedo entrar ...

También me reuní con David, el chico cuya madre padecía cáncer.  Parece que la enfermedad está en fase de recesión: Margarita está asombrosamente bien y ha encontrado otro empleo. Su sueldo es de tan sólo Bs 150 (€15) al mes y no le pagan ni con puntualidad ni con regularidad pero sigue adelante lo mismo. David se ha trasladado a vivir con su madre pero ha decidido, y creo que con buen criterio, que prefiere seguir bajando desde Qlisa a Cochabamba para poder seguir asistiendo a clase en el mismo colegio de antes donde el nivel de estudios es mejor.  Al leer los informes escolares se darán cuenta de la magnitud del problema: muchos de los profesores se expresan con dificultad y la ortografía deja mucho que desear.

Creo que la visita fue positiva y espero que a lo largo del año tanto los padres como los beneficiarios cumplan con los requisitos establecidos.

Marzo 2006